En tiempos donde a veces es fácil pensar que
todo ya se inventó y solo existen actualizaciones de cosas ya creadas siempre
es un gusto encontrar ideas que sean capaces de romper paradigmas y aportar
algo nuevo a la sociedad.
Siempre he pensado que en lo musical el éxito
viene acompañado única y exclusivamente cuando convergen ciertos elementos
cruciales: creatividad, innovación, humildad, talento y coraje. De estas
características quiero destacar que el menos importante es el talento y el
indispensable es el coraje, y ustedes se preguntarán ¿no es Foo Fighters una de
las mejores bandas de rock del mundo por el talento de cada uno de sus
integrantes? O bueno por lo menos eso me lo pregunto yo, y la verdad es que si,
pero lo cierto es que si Dave Grohl no se hubiese atrevido a hacer algo más
grande con su vida que ser el baterista de Nirvana (que ya es decir bastante)
no sería el ícono del rock&roll que es hoy en día y que seguirá siendo
hasta que tome nuevamente una dosis más de coraje para ser algo mucho más
importante que ser el vocalista y guitarrista de los Foo.
Hace poco tiempo estuve en un proyecto musical que
lleve acabo en paralelo con mis responsabilidades periodísticas, durante más de
un año la banda se dedicó a buscar un concepto y un sonido que la definiera,
considero que hasta cierto punto lo logramos, tocamos en los bares más
importantes de Caracas, grabamos un tema en Estudio Tumbador que sonó en la
radio e incluso salimos fuera de Caracas, sin embargo aunque hasta este punto
todo vislumbraba bien en mi interior siempre tuve una gran preocupación por la
agrupación, la falta de coraje.
Esa carencia que tenían alguno de los integrantes
no le permitió al grupo atreverse a ir un poco más allá de lo típico y lo
cliché, y por el contrario comenzamos a convertirnos en cosas ya creadas con
sonidos y ritmos que desde hace muchos años todos hemos venido escuchando. Ese
quiebre de intereses que tuve con la banda Deluxe, hoy rebautizada Lezuit,
conllevó finalmente a mi salida de la agrupación, a la que sin dudar le deseo
lo mejor, pero que en mi humilde opinión estará destinada al fracaso hasta que
entienda que si suenas a “algo” simplemente no sonarás a “nada”.
Los Grammy no se regalan
Con mucho orgullo y alegría debo admitir que
quienes si han entendido la importancia del valor y la innovación en lo musical
se están multiplicando en el país, el Grammy que la banda venezolana La Vida
Boheme ganó como mejor álbum rock por su disco titulado Será, es la
muestra de que en este país caribeño se acabó el letargo musical que desde hace
años fue implantado por bandas como Caramelos de Cianuro, Los Amigos Invisibles
y Desorden Público. Ojo deseo aclarar que estos músicos han hecho durante su
trayectoria un trabajo espectacular, pero lo que quiero decir es que
desafortunadamente ese éxito dentro un país musicalmente monopolizado conllevó
a que quienes quisieran atreverse a crear musicalmente algo desde cero consideraran que imitando
esos estilos lograrían acercarse a la anhelada fama, trayendo como resultado
bandas que se convirtieron en la copia de otras.
En el caso de La Vida
Boheme hago mención a parte porque sin dudas estos muchachos no solo probaron
un sonido único que generacionalmente funciona, sino que lo unieron a un
concepto artístico, social e incluso político que nunca nadie se había atrevido
a hacer y que como nación nos llena de orgullo.
Soy un fiel creyente de que las maneras de hacer las cosas funcionan hasta que vives por hacer algo distinto, en ese momento solo tus propias metodologías son las que te servirán para guiar un camino que quizás no sea del todo exitoso pero que sin lugar a dudas será tuyo.
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