lunes, 16 de diciembre de 2013

Mandela nunca fue libre

Hace unos días me encontraba en una reunión de trabajo en Banco Exterior, lugar donde laboro desde hace más de un año y medio, conversando sobre la importancia de la vocería dentro de una organización, y es que definitivamente en esta época de conectividad que existe gracias a las múltiples plataformas comunicacionales que hay en el mercado, es de vital impacto para el éxito de una empresa, la manera en que sus integrantes y líderes se comunican entre si con el objetivo de lograr la sinergia necesaria para entender que las victorias individuales no tienen el mismo valor que las alcanzadas en equipo.

Al hablar de liderazgo durante dicha reunión, el Vicepresidente de Innovación y Estrategia Corporativa de Exterior, +Gerardo Urdaneta  me mostró una foto que refleja el fiel ejemplo de un líder, que a través de su voluntad y un enriquecedor discurso, fue capaz de cambiar la historia y la vida de millones de personas.



Después de ver esa imagen y tras el reciente fallecimiento de Madiba, entendí que ese hombre más allá de sus acciones trascendentales, enseñanzas, vivencias y lucha infinita contra el apartheid, nunca pudo ser un ciudadano completamente libre. Mandela estuvo 27 años de su vida preso, fue obligado a realizar trabajos forzados en una cantera de cal, solo se le permitió recibir una carta y visitas cada 6 meses, e incluso el servicio secreto sudafricano intento seducirlo con una falsa fuga para matarlo durante el escape, lo que sin lugar a dudas lo convierte en la persona con la voluntad y el apego a la vida más grande que se ha visto en años.


Sin embargo estoy seguro que la cadena perpetua a la que fue condenado Madiba durante su injusto juicio, no culminó ni cuando bajo libertad en 1993 compartió el Premio Nobel de la Paz con el Presidente Frederik de Klerk, todo lo contrario, a partir de ese momento se convirtió en un esclavo, pero de las causas más loables y admirables que jamás se ha visto en la historia de un país, que aun perteneciendo al continente africano fue capaz de maltratar y segregar a quienes simplemente la vida les otorgó un color de piel más oscuro.


Nelson Mandela cometió el acto de mayor nobleza que un ser puede ejecutar contra un gobierno que lo torturó, ofendió y sistemáticamente intentó doblegar a sus deseos…Perdonó.



Luego de su partida física creo que este visionario y hombre de avanzada podrá al fin descansar de una lucha que lo convirtió en preso de sus creencias, pero que le permitió ganarse el respeto y admiración de un mundo que aunque no siempre es justo, muchas veces logra ver en ejemplos de vida como el de él, un rayo de esperanza ante las miserias humanas que con coraje, voluntad y perseverancia deben ser erradicadas de los ideales de quienes creen que segregando e irrespetando a sus semejantes pueden construir un mejor lugar para vivir.

No es valiente el que no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo. 
-Nelson Mandela-


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