miércoles, 8 de enero de 2014

Lo que no quiero, siempre es lo mejor…

Recuerdo perfectamente que cuando estaba averiguando mi destino profesional en la Universidad, a lo largo de los semestres me repetí incansablemente que jamás ejercería el periodismo en televisión, lo consideraba un medio banal, superficial y carente de seriedad.


Unos meses antes de graduarme ya me encontraba haciendo pasantías en Radio Caracas Televisión, específicamente en El Observador. Y así es la vida, hay un dicho por ahí que en este relato cobra gran valor, “la lengua es el castigo del cuerpo”. Fue tanto lo que odié la TV que duré 10 años en la planta, afortunadamente no siempre como pasante, durante ese tiempo fui Asistente de Producción, Productor I, Productor II, Productor III, Coordinador de Emisión, Reportero y Ancla de la Emisión Matutina, de hecho tuve la responsabilidad de conducir el último programa transmitido en vivo por RCTV antes del cierre en las cableras.

Aunque mi relación con el medio no comenzó bien por las predisposiciones que ya les comenté, tuve uno de los enamoramientos mas grandes de mi vida gracias a la magia y mística que hay detrás del hecho de hacer televisión. Puedo afirmar con orgullo que profesionalmente crecí de  manera incuantificable, ya que desde mis inicios se me dejó muy claro que para tener éxito en ese mundo hay que tener humildad, perseverancia, paciencia y por sobretodo hambre de conocimiento. Creo que en retrospectiva no hubo nada que no intentará aprender: producción, redacción, edición, dirección, narración,  audio, cámara, iluminación, etc. En fin, herramientas que me permitieron defenderme en un mundo donde algunos sobrepasan los 30 años de experiencia.


Luego del cierre del canal me vi forzado a buscar nuevos horizontes, por supuesto mis primeras opciones estuvieron asociadas a medios audiovisuales, porque eso de trabajar en lo corporativo me parecía que era para periodistas que simplemente querían estar de corbata, metidos en una oficina con aire acondicionado inventando cosas que ellos hacen llamar estrategias o campañas... Dos meses después ya era Especialista en Comunicaciones Corporativas de Banco Exterior.


Muy a diferencia de lo que creía, después de poco más de año y medio de trabajo en las comunicaciones corporativas, me he vuelto a enamorar de otra rama de mi profesión en la que las estrategias, las campañas, los canales, la gestión del cambio, la sinergia, la innovación, el equipo y el liderazgo aparaguado en la banca, hacen de mis días una aventura de nuevos aprendizajes, dentro de una estructura empresarial, donde puedo aplicar la creatividad sin temor a ser tubeado, y en la que además, también hago televisión y próximamente radio, todo como una clara demostración de que las empresas funcionan mejor cuando existe una comunicación innovadora, disruptiva y cercana a todas las personas.


Sin lugar a dudas esto demuestra que aunque muchas veces no todo resulte como uno cree, y se termine haciendo lo que de manera predispuesta no deseamos, en la vida la mejor opción es hacer las cosas con amor y pasión, para que los retos del presente te permitan obtener las victorias del futuro.


¿Que si tengo que decidir entre ser periodista audiovisual, impreso o corporativo? No importa, ¡mejor es serlos todos a la vez!